lunes, 27 de abril de 2009

2000 AÑOS DEL NACIMIENTO DE PABLO DE TARSO


El Papa Benedicto XVI estableció el Año del Apóstol San Pablo, comprendido entre las fechas 28 de Junio del 2008 al 29 de Junio del año 2009, para conmemorar el Bimilenario del nacimiento de Pablo.
Pablo de Tarso, originalmente Saulo, es el Apóstol de los Gentiles, su nacimiento se cifra entre el año 5 y el 10 d.C, en Tarso (actual Turquía), su muerte se produjo el año 67 en Roma
Se puede considerar que era una persona ilustrada, por su conocimiento de la cultura helénica. Hablaba de forma fluida griego y arameo, lo que le permitió predicar el Evangelio a las personas de esa cultura.
La Iglesia ha considerado a Pablo como el discípulo más importante de Jesús, a pesar de que nunca llegó a conocerlo (salvo en las apariciones).
Hijo de judíos descendientes de la tribu de Benjamín. Su estudios comienzan en su adolescencia con el famoso rabino Gamaliel. Tuvo una educación muy superior a la que tuvieron los primeros apóstoles de Cristo
Una de las cosas más curiosas es la creencia popular de que Pablo se cayó de su caballo, cuando no se menciona tal cosa, ni en las epístolas ni en los Hechos de los Apóstoles, pudiendo ser que se tratarse de un anacronismo. Es más, se duda que Pablo tuviese caballo.
De acuerdo con los Hechos de los Apóstoles, Pablo pidió cartas al Sumo Sacerdote para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén. “Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. Y los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz, mas sin ver a nadie. Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco, donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió”.
Muchos científicos han querido contradecir la llamada Visión de Pablo, utilizando diversas explicaciones de tipo especulativo.
Se ha sugerido por no-creyentes, que este fenómeno podría tratarse de un ataque epiléptico, ya que la epilepsia (epilepsia extática) puede ocasionar ceguera temporal y visiones místicas acompañadas de sentimiento de placer. También se ha comparado este relato con una experiencia cercana a la muerte, se ha dicho que podría haber sufrido un delirio como consecuencia de una insolación.
Pero en contra de la hipótesis de que se tratase de una experiencia cercana a la muerte, puede decirse que la luz que se ve en este tipo de experiencias no causa ceguera, aunque no puede descartarse que la ceguera de Pablo sea metafórica y no física, en cuyo caso esta teoría sería más plausible.
La hipótesis de que se tratase de una epilepsia del lóbulo temporal derecho sería atípica, pues, los que sufren este mal, si son creyentes, dicen que han visto a Dios (p.e. Santa Teresa de Jesús), mientras que los que pertenecen a otras religiones, como es el caso de los budistas, hablan de iluminación. En nuestro caso, sin embargo, resulta atípico que manifieste haber visto a Jesús cuando se dedicaba a perseguir a sus seguidores, es decir que la visión fue en contra de su proposito.
En cualquier caso, tanto si la visión que sufrió en el camino de Damasco fue de carácter milagrosa o no, el resultado es que Pablo, que se dedicaba a "perseguir sobremanera" y "asolar" con "celo" las comunidades cristianas, según sus propias palabras (Gálatas 1; 13; Filipenses 2; 6), sufrió una experiencia que lo marcó para el resto de sus días, se puede decir que se pasó al enemigo y fue el principal difusor del cristianismo, como consecuencia de lo cual sufrió encarcelamientos y, finalmente, la sentencia de muerte, siendo decapitado en Roma. Pablo fue fiel hasta la muerte al testimonio, y se convirtió en uno de los apóstoles más eficaces de Jesucristo